En el primer post del año en mi blog quiero poner el énfasis en un paso básico de la rutina facial y es la hidratación. Es fundamental en el cuidado de la piel para combatir el envejecimiento y que tu piel luzca luminosa y sana.
Con los cambios de estación, y la llegada del frío y viento se hace imprescindible para nuestra piel una correcta hidratación. Además, el frenético ritmo de vida y el paso del tiempo contribuyen la pérdida de humedad en el rostro.
Uno de los efectos más visibles de la deshidratación es el envejecimiento prematuro, reduciendo el brillo y elasticidad en la piel. Para devolver la suavidad y combatir la sequedad es preciso una hidratación y nutrición profunda. La principal razón es que el agua que contiene la piel es la que le aporta resistencia, elasticidad y protección frente a agentes externos. Además previene la formación de arrugas, descamación y tirantez.
No te saltes el paso de la hidratación nunca, ni en tu rutina de mañana ni en la de noche. Aunque pienses que por tu tipo de piel no lo necesitas, la hidratación es fundamental en todo tipo de pieles para lucir un cutis sano.
Para las pieles grasas recomiendo emulsiones ligeras, o texturas gel crema. En el caso de las pieles más secas puedes elegir cremas con más consistencia. En ambos casos algunos ingredientes como la vitamina C, ácido hialurónico y antioxidantes naturales previenen el envejecimiento.
Yo que soy una apasionada de la cosmética natural te invito a probar aceites naturales como el aceite de rosa moqueta con algunas gotas de aceite esencial de naranja.
Para aplicar en la piel empezamos desde el centro de la cara y empujar hacia el exterior con movimientos ascendentes. Con la yema de los dedos damos unos toques de crema en diferentes puntos y repartimos uniformemente. También es conveniente aplicar una cantidad generosa de crema hidratante en el cuello, la garganta y el pecho.
Además desde dentro puedes cuidar también tu piel. No olvides que la alimentación es básica para la salud de tu piel, por lo que es importante incluir alimentos como frutas y verduras que contienen vitaminas y antioxidantes, además de beber al menos 8 vasos de agua al día. Hacer ejercicio, un buen descanso y evitar el alcohol y tabaco es la mejor manera de mantenerte saludable y con óptimo nivel de hidratación por dentro y por fuera